Adios a Julio Lois

Ha muerto Julio Lois. Ha muerto un hombre creyente y seguidor de Jesús de Nazaret, el Dios de los pobres y empobrecidos. Ha muerto un teólogo de la liberación y una buena persona, un hombre sencillo, entregado, honrado con la realidad. Ha muerto un sacerdote que estaba detrás y debajo, empujando, enemigo de brillos y púrpuras. Un magnífico y brillante orador que imprimía a cada palabra que decía el peso del compromiso hasta el final y que desde la parroquia vallecana de Santo Tomás de Villanueva estaba y sabía estar
Estaba junto a la comunidad de dominicos y la comunidad parroquial que ahora llora su pérdida, junto a la asociación de vecinos, estaba en la lucha del barrio por unas mejores condiciones para sus vecinos. Estaba, en definitiva,junto a todo aquél que le necesitara.

Ha muerto un profesor que nos hacía vibrar con sus clases en el instituto Juan XXIII, un soñador de otra iglesia posible, un hombre de una pieza, Que nuestro Dios-amor-pueblo te guarde, hermano entrañable y querido, maestro de tantos y tantas.

Sólo en 20 días ha sucedido...

Solo en veinte días ha sucedido que un joven noruego, envenenado por historias surrealistas e intoxicado por el odio y la violencia acabó con la vida de 77 personas, en su mayoría jóvenes en la Isla de Utoya y en la zona de edificios oficiales de Oslo. Las revelaciones de los medios de comunicación hablan de un señor que llevaba preparando este atentado durante varios años. Las declaraciones que se le han oído revelan una frialdad y una falta de humanidad estremecedoras.

Sólo en veinte días ha sucedido que una enorme crisis financiera ha podido estallar, que España e Italia han estado en la "cuerda floja" de la intervención al aumentar su riesgo país . Ha sucedido también que para aplacar a los incesantes mercados el gobierno español, aplicando la máxima de "para lo que me queda en el convento...." anuncia nuevos ajustes, nuevas flexibilizaciones, nuevos recortes de Derechos, considerados insuficientes por la oposición

Sólo en veinte días ha sucedido que los indignados no se resignan a que les priven de la calle como espacio de debate y deliberación, y menos que lo hagan para que cientos de miles de seguidores de un lider religioso le aclamen en esas mismas calles, en una jornada que será sufragada con los impuestos de todos los españoles y que además cuenten con la bendición de bancos y grandes empresas.


Sólo en veinte días ha sucedido que en Inglaterra miles de personas están saliendo a la calle y mostrando su ira con la violencia y el saqueo de tiendas de lujo, en un movimiento inusitadamente novedoso. Como dice una periodista del diario The Guardian: Esta gente está harta de que las tiendas les pasen por encima de sus narices productos que nunca van a poder asumir

Sólo en estos veinte días nos hemos enterado de la hambruna en Somalia, pero esto como lo de Haití ¿a quien le importa?

Los mercados nos quieren de rodillas

Da igual que en España se hagan reformas tal y como desea el FMI. No importa que se precarice el empleo, que se facilite el despido o que se aumente hasta los 67 años la edad de jubilación. No basta con rebajar una media del 5% del salario a los empleados públicos ni de recortar buena parte de las prestaciones sociales. No es suficiente con que haya 300.000 personas que han vuelto a casas de familiares y amigos porque les han desahuciado...Da lo mismo. El objetivo es otro. Poner al país de rodillas ante los mercados. Conseguir que el Estado del Bienestar desaparezca y el jugoso pastel sea gestionado por la empresa privada (no por la pequeña, sino por la grande y con criterios neoliberales) No importa que elijamos la via más larga (sucesivas reformas y recortes que nunca son suficientes) o la vía más corta (intervención como en los casos de Grecia, Irlanda y Portugal), el resultado será el mismo.


O NO, si no les dejamos, si reaccionamos pacíficamente con las armas de la ciudadanía y los derechos. Si salimos a la calle con la coherencia y la reflexión. Todavía es posible que la última palabra no la tengan los mercados. ya hay señales en el camino

tiempos confusos

Tiempos confusos en la España preelectoral. Tiempos de una confusión que se controla desde unas pocas manos. Desde unas pocas mentes. Zapatero convoca elecciones y ninguno de los candidatos parece gozar de la simpatía de los electores. Es más , existe un gran desencanto, una gran desconfianza y un pesimismo generalizado.

En este tiempo preelectoral, es sin embargo necesario hacer memoria, memoria para no olvidar y para comenzar a plantearnos un voto ético y ciudadano.

Hacer memoria para recordar los avances que se han producido en estos ocho años: Ley de matrimonios homosexuales, ley de dependencia,Implementación de la asignatura de educación para la ciudadanía, ley de le memoria histórica. Recordar también que en estos ocho años España se ha convertido en uno de los principales donantes de las Naciones Unidas y que ha tenido un papel muy significativo en las iniciativas de lucha contra la pobreza

Hacer memoria para recordar las cobardías, fanfarronadas y timideces de un gobierno que no supo plantar cara a la banca,a la jerarquía de la iglesia católica, en algunos casos las instituciones de la Unión Europea) para llevar hasta sus últimas consecuencias reformas y transformaciones que precisaba España. Un gobierno que hacía guiños infantiles al populismo (como los 400 euros que prometió devolver a los contribuyentes en un contexto de pre.crisis), un gobierno que da marcha atrás en sus políticas de extranjería y de integración, un gobierno que recorta pensiones y salarios ante la presión de los mercados, sin plantarles cara, sin explicar suficientemente el porqué de esta medida


Hacer memoria de cómo ha sido la oposición en estos ocho años y especialmente el partido que espera y aspira a gobernar el país. Cómo desde los primeros momentos fueron un azote inmisericorde ante toda propuesta de reforma, cómo azuzaban a la opinión pública a través de sus medios de comunicación afines para que se manifestaran en las calles, Cómo la corrupción acampaba para quedarse en algunas de las comunidades en que estaban gobernando. Cómo supeditaron una visión de estado a una visión particular. Cómo sintonizan profundamente con propuestas de recortes y privatizaciones de todo aquello que huela a Estado del Bienestar.


Y frente a todo esto, opciones minoritarias que no logran ilusionar a importantes sectores de la población que indignados y descontentos salen a la calle reclamando mayor autenticidad, más ética, más compromiso con el pueblo.

Termina un tiempo en el que un Primer Ministro pudo haber ilusionado a una generación y no lo hizo. Esa es su responsabilidad.