viernes, 2 de abril de 2010

Via Crucis en el CIE

Fueron agrupados en el comedor del por la policía para no presenciar cómo un grupo de cristianos convocados por una congregación religiosa hacían las últimas estaciones del vía crucis en la puerta del CIE. Una furgoneta de la policía nacional con las luces encendidas se situaba delante. Unas vallas restringían el paso y unos policías nacionales se situaban alineados de forma ciertamente intimidatoria. El mensaje que se da en la última estación habla del CIE como lugar de sufrimiento y de dolor. como lugar de vulneración de los derechos de la persona. Como lugar de encierro y de injusticia, espacios en los que Jesús de Nazaret es crucificado ese viernes santo en esa noche madrileña

Al final del acto se grita ¡ningún ser humano es ilegal!, ¡ningun ser humano es ilegal!. Algunos internos que han salido del comedor consiguen agruparse en las ventanas y gritan ¡Gracias!, otros también gritan, tras las rejas, palabras de agradecimiento.

Personas que no han cometido delito alguno, personas privadas de sus derechos, personas que serán devueltas a sus países y se convertirán en números que serán exhibidos ufanamente por algún ministro del interior como muestra de la eficacia de la política migratoria