Este club selecto de países al servicio del mercado capitalista ya ha olvidado darse el barniz de respeto a los derechos sociales que son, no se olvide, una variante de los Derechos Humanos.
No me referiré a la directiva de la vergüenza, la directiva del retorno que pasa por encima de la dignidad de los inmigrantes en situación administrativa irregular . Me refiero a la futura aprobación de la jornada de 60 o 65 horas semanales. Iniciativa impulsada por los gobiernos británico, francés e italiano y que se carga la conciliación de la vida familiar y laboral.
¿Para qué querrán que trabajemos más horas? ¿quiénes-además de los empresarios- serán los principales beneficiarios de esta medida? ¿quiénes los perjudicados? ¿pero no habíamos quedado en que había que trabajar menos para trabajar todos? ¿pero no se había vendido como un avance espectacular la semana laboral de las 35 horas?
Esta Europa nuestra es cada vez más una Europa del capital, una Europa que adora al Dios dinero, que pasa por encima de las personas y que muy dificilmente- a menos que cambie sus parámetros- conseguirá ser un referente moral mundial en materia de Derechos Humanos
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