jueves, 21 de mayo de 2009

Sociedad de desechables

Dice la ministra de igualdad que un feto de dieciséis semanas es un ser vivo, no un ser humano. Estremece contemplar cómo se buscan los rodeos lingüísticos para justificar lo injustificable: la muerte del nasciturus, el ser concebido pero no nacido, según el anteproyecto de Ley del aborto.

Estremece la contradicción de que según el código civil español, el concebido pero no nacido es tenido en cuenta para todo aquello que le pueda ser favorable (por ejemplo la herencia) pero no para el derecho a la vida.

También estremece que se pueda decir por parte de un presidente del gobierno español que no hace demasiado tiempo salvaguardaba y protegía a sus hijas criticando la programación excesivamente violenta de las cadenas de televisión, estremece, digo, que ahora comente que en la cuestión de la píldora, es adecuado que las jóvenes dieciséisañeras salgan de la presión de sus padres.

Se me hace difícil de entender tanta "liquidez" en los términos planteados por Bauman. Tanto relativismo. SE me hace difícil de entender tanto individualismo y tan poco respeto por el ser humano. En este campo pero también en el campo económico y empresarial en plena crisis en la que nos encontramos.

Dice Victor Renes que la crisis económica podrá estar empezando a dar sus primeros pasos de superación, pero que lo que es la crisis social todavía no ha demostrado su profundidad. Una crisis que producirá nuevos "desechables" y hará más desechables a los que ya lo son.

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