El empresario, asustado ante los hechos, depositó el miembro seccionado en un contenedor y "depositó" también al obrero en una esquina próxima a un hospital, no sin antes "aconsejarle" de que no dijera nada....
El tremendo hecho suscita varias preguntas:
- ¿Cuánta gente sabía que en esa empresa había trabajadores irregulares y no hizo nada?
- ¿Pasaron de largo los inspectores que fueron a revisar esta empresa?
- ¿Qué pasaría si en cualquiera de las decenas de miles de casas en las que trabajan inmigrantes irregulares uno de ellos sufre un accidente (esto ya ha pasado) ? ¿reaccionarían sus empleadores de otro modo?
Vivimos tiempos de las chapuzas no confesadas, de falsas apariencias
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