viernes, 11 de septiembre de 2009

Lo falso ni crea ni recrea

Esta maravillosa frase del Corán me viene acompañando últimamente y eso me gusta, porque la rumio día a día . Y se me carga de sentido cuando algunos autores lúcidos como José Antonio Pérez Tapias, autor del magnífico libro: "Del bienestar a la Justicia: apuntes para una ciudadanía intercultural" Trotta (2007) escriben maravillas como esta:

"La verdad es, en primer lugar y de forma condicionante, una cuestión de justicia. Sin el restablecimiento de condiciones de vida digna para todos que es lo que entraña un objetivo de justicia, no es posible que se abra paso la verdad en nuestras comunidades fácticas de habitantes". La batalla contra el poder de la mentira depende primero, de las opciones morales de los individuos y después de la articulación social y política de las mediaciones adecuadas".

José Vidal Beneyto, uno de nuestros más lúcidos pensadores (junto a tantos otros: Luis de Sebastián recientemente fallecido, Arcadi Oliveres (que regaló una excepcional conferencia al auditorio del Congreso de Teología del año 2009) o Federico Mayor Zaragoza con su excepcional trayectoria de apuesta por los Derechos Humanos) ha publicado en "El País" de hoy un artículo titulado "La abominación que no cesa" en el apartado Tribuna Abierta.

Léanlo. No tiene desperdicio.

Entre otras cosas afirma...

"Esta glorificación del individuo y de sus obras tenía que traducirse, en una radicalización de la desigualdad tanto entre individuos como entre los colectivos, en especial países. Nunca los ricos han sido tan ricos, ni los pobres tan pobres. Más de la mitad de la población mundial tiene que conformarse con menos de dos dólares diarios, y más de 1.300 millones de personas intentan sobrevivir con un dólar al día.Cada tres segundos muere un niño por causa ligadas a la pobreza y frente a ello cada día se multiplica vertiginosamente la fortuna de los más ricos. , en EE UU, el 1% de los habitantes situados en la cumbre patrimonial disponen de una fortuna superior a la suma de las que tienen los 170 millones de estadounidenses con menos recursos"


Ante esta injusticia estructural, apoyada en mentiras, es necesario apostar por no cerrar los ojos a esa verdad incómoda.No lavarse las manos, porque como dice en otro lúcido comentario, Pérez Tapias: "lavarnos las manos es lo que hacemos cuando no queremos asumir responsabilidades"

Y no lavarse las manos es denunciar situaciones escandalosas cotidianas... Allá van dos de las de andar por casa:

¿Cómo es posible que el primer banquero del país, cuyos bancos han recibido dinero del Estado Español para sanear sus fondos, tenga la desfachatez de gastarse 200 millones de euros en patrocinar a un equipo de carreras en el que va a correr un "ídolo español"?

¿Cómo es posible que el defensor del menor de la Comunidad de Madrid, en una reciente "charla con los lectores en el diario "Público" no haga ninguna referencia a la Cañada Real y a los cientos de niños que en ella viven? ¿Cómo es `posible que nadie le pregunte por eso?

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