frivolidad en tiempos de crisis

Una de las cosas más evidentes de la crisis es darse cuenta de cómo retrata los talantes de muchos responsables políticos y económicos, sobre todo las de aquellos que la sobrevuelan, que nunca la sentirán en sus efectos por creerse por encima del bien y del mal. A lo largo de esta crisis hemos visto comportamientos frívolos como los de aquel máximo dirigente dé un país transalpino con forma de bota que decía sin tapujos que era muy aburrido tener un trabajo para toda la vida, o de su ministra del interior que no hace ni dos semanas decía que los italianos querían trabajar cerca de la casa de sus papás. Gente sin escrúpulos como aquél ex ditrigente de Lehman Brothers que en una confidencia captada por los micrcrófonos dice al presidente del Banco Central Europeo que la reforma laboral a aprobar en España va a ser extremadamente agresiva y todo ello sin que el interlocutor le mire a la cara

Esta es la gente que gobierna Europa, que gobierna en España, gente desresponsabilizada de la suerte de sus ciudadanos y sobrerresponsabilizada por la suerte de los mercados. La vergúenza se cierne sobre la Europa democrática.