lunes, 1 de agosto de 2011

tiempos confusos

Tiempos confusos en la España preelectoral. Tiempos de una confusión que se controla desde unas pocas manos. Desde unas pocas mentes. Zapatero convoca elecciones y ninguno de los candidatos parece gozar de la simpatía de los electores. Es más , existe un gran desencanto, una gran desconfianza y un pesimismo generalizado.

En este tiempo preelectoral, es sin embargo necesario hacer memoria, memoria para no olvidar y para comenzar a plantearnos un voto ético y ciudadano.

Hacer memoria para recordar los avances que se han producido en estos ocho años: Ley de matrimonios homosexuales, ley de dependencia,Implementación de la asignatura de educación para la ciudadanía, ley de le memoria histórica. Recordar también que en estos ocho años España se ha convertido en uno de los principales donantes de las Naciones Unidas y que ha tenido un papel muy significativo en las iniciativas de lucha contra la pobreza

Hacer memoria para recordar las cobardías, fanfarronadas y timideces de un gobierno que no supo plantar cara a la banca,a la jerarquía de la iglesia católica, en algunos casos las instituciones de la Unión Europea) para llevar hasta sus últimas consecuencias reformas y transformaciones que precisaba España. Un gobierno que hacía guiños infantiles al populismo (como los 400 euros que prometió devolver a los contribuyentes en un contexto de pre.crisis), un gobierno que da marcha atrás en sus políticas de extranjería y de integración, un gobierno que recorta pensiones y salarios ante la presión de los mercados, sin plantarles cara, sin explicar suficientemente el porqué de esta medida


Hacer memoria de cómo ha sido la oposición en estos ocho años y especialmente el partido que espera y aspira a gobernar el país. Cómo desde los primeros momentos fueron un azote inmisericorde ante toda propuesta de reforma, cómo azuzaban a la opinión pública a través de sus medios de comunicación afines para que se manifestaran en las calles, Cómo la corrupción acampaba para quedarse en algunas de las comunidades en que estaban gobernando. Cómo supeditaron una visión de estado a una visión particular. Cómo sintonizan profundamente con propuestas de recortes y privatizaciones de todo aquello que huela a Estado del Bienestar.


Y frente a todo esto, opciones minoritarias que no logran ilusionar a importantes sectores de la población que indignados y descontentos salen a la calle reclamando mayor autenticidad, más ética, más compromiso con el pueblo.

Termina un tiempo en el que un Primer Ministro pudo haber ilusionado a una generación y no lo hizo. Esa es su responsabilidad.

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