lunes, 20 de agosto de 2012

La normalidad como privilegio

La normalidad de poder trabajar, ganar un salario, poder educar a tus hijos en la escuela, ser atendido si te pones enfermo, poder jubilarte dignamente, tener acceso a un ocio constructivo. La normalidad que nace de la corresponsabilidad y la solidaridad, de lo comunitario y lo cercano, de la implicación política. La normalidad de no tener sobresaltos semana tras semana, de poder vivir sin miedo, de no estar a la defensiva. La normalidad de la fraternidad. Esa normalidad está empezando a ser en España un privilegio

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